miércoles, 15 de junio de 2011

Bruno Leone en el Rinconcillo de Cristobita

Siguiendo con mi empeño de ir mostrando imágenes de mis Rutas de Polichinela, ofrezco este video con algunas escenas de uno de los espectáculos que presentó Bruno Leone en el Rinconcillo de Cristobita. Al final hay una fugaz mención al taller que hizo el maestro napolitano con niños de Valderrubio, cuyos resultados fueron presentados en el patio de la Casa Museo de García Lorca.



domingo, 12 de junio de 2011

"LA PRIMERA Y LA ULTIMA", de Alicia Muñoz

Antes de empezar
Como ya decíamos en artículos anteriores, Barcelona se ha convertido en una pequeña capital titiritera digna de ser tenida en cuenta, gracias a los numerosos grupos que residen en ella, a los eventos festivos y a los constantes estrenos. El último al que he tenido ocasión de asistir es el de la mejicana Alicia Muñoz, de la compañía “A la otra orilla”, con la obra “La primera y la última”. El estreno tuvo lugar en la barcelonesa librería Pròleg, dedicada a la mujer y que se ubica en la calle Sant Pere Més Alt, 46.

Hace años que Alicia Muñoz reside en Barcelona dónde ha establecido la base de sus actividades. Sus espectáculos hasta ahora han sido de calle y basados en marionetas de hilo, muy en la línea de las utilizadas por Pepe Otal, pues no en vano vivió en su taller hasta la muerte de éste. Romper con este pasado y establecer una línea propia de trabajo era el reto que se propuso Alicia cuando decidió embarcarse en este proyecto. Tras ver los resultados, puedo decir que lo ha conseguido con creces y con la nota muy alta.

Ha entrado Alicia en este grupo de creadores (o mejor dicho, de “creadoras”, pues domina en él el género femenino) decididas a trabajar desde propuestas arriesgadas, honestas y personales. Es decir, desde una actitud de compromiso hacia uno mismo y hacia el mundo que nos rodea. Cuando se entra en estos territorios, se requiere mucho coraje y una decisión muy clara de ir hasta dónde haga falta llegar. El tema escogido por Alicia es el de las mujeres desaparecidas de Juárez, en México, para lo cual ha realizado un profundo trabajo de documentación. Una opción que indica también un deseo de resituarse respecto a sus raíces, volviendo la mirada a su país tras años de ausencia.

Alicia Muñoz tras la función
Pero lo que ha logrado Alicia con “Las primeras y las últimas” es crear una obra que enlaza la temática local de las mujeres desaparecidas con una temática más universal sobre el destino de las mujeres que se enfrentan solas a un mundo hostil, desagradecido, injusto, huraño y carente de los valores humanos más elementales. Es la misma presencia de la titiritera, que se presenta ante el público descalza, con un simple vestido negro y una extraordinaria dignidad, entre humilde y aplomada, lo que desarma al público y lo sitúa en un ámbito de esencias arquetípicas. El texto que abre y cierra el espectáculo nos sumerje ya en este contexto de realidades profundas. Después, es el tono mismo de la representación, que se desarrolla a un ritmo lento e inquietante, el que nos introduce en el interior de un verdadero rito de vida y de muerte: en él, la titiritera, encarnada en el personaje femenino de la obra, se afirma y se libera reviviendo el drama cotidiano de las mujeres de Juárez. Un drama que se muestra con una desnudez aplastante dentro del mismo cuerpo de la mujer, representado por un busto que centra la escena de principio a fin.

La sencillez desnuda del espectáculo más la simple iluminación de las velas que rodean el “retablo”, de función casi “litúrgica” más que teatral, es el gran acierto de la propuesta de Muñoz y la clave del impacto que produce. Hecho con poquísimos medios, su mérito es haber creado este personaje que interpela al público, a través del desdoblamiento ritualístico, desde la humildad desnuda de quién sale al escenario con la verdad por delante.

Creo que Alicia Muñoz tiene entre manos una pequeña joya que, tras ser pulida con el rodaje y los cuatro toques técnicos que le quedan por acometer, correrá por los festivales del país y seguramente por los de México. El logro de su esfuerzo bien lo merece.

viernes, 10 de junio de 2011

Video de la Gira por el Líbano.

He aquí la primera parte del reportaje filmado de la gira hecha en Líbano durante mayo de 2011, organizada por la Asociación El Khayal y con la colaboración de la Embajada de España en Líbano. Muestra imágenes de los siguientes lugares visitados: Raifoun, Btekhnay y Tibnine. Nuevos videos irán apareciendo a medida que se vatan editando.

martes, 7 de junio de 2011

Video sobre la Estación de Rayak en Líbano

Tal como prometí, pongo en esta entrada un video que grabé en la Estación de Rayak, en el Valle de la Bekáa, en Líbano. Un cementerio de trenes impresionante del que ya hablé en una anterior entrada de este blog (ver aquí). También para los interesados en saber más sobre este fascinante lugar y los proyectos que despierta en la imaginación de sus vecinos, les animo a visitar la web del Museo de Trenes de Rayak, un proyecto de Elías Boutros Maalouf.

domingo, 5 de junio de 2011

El Teatro de Karagöz con Cengiz Ozek

Siguiendo con la publicación de videos sobre la última gira, presento estos dos reportajes sobre el Karagöz de Cengiz Ozek: una imágenes de la representación que hizo en su Centro de Títeres de Estambul durante el Festival de Títeres, y otras sobre la exposición que el mismo Ozek montó en el Centro Cultural Francés, situado al inicio de la calle Istiklal número 4.

Estas imágenes muestran la viveza de una tradición que nació como expresión popular de la vida en las ciudades del Imperio Otomano, en la misma época en que el personaje de Pulcinella se expandía por Europa y con un espíritu muy cercano al de éste. Una tradición que titiriteros como Cengiz Ozek actualizan y mantienen al día, buscando la conexión con el público de hoy.





 

sábado, 4 de junio de 2011

Titelles Vergés, en el Rinconcillo de Cristobica.

Tras regresar de esta larga gira que empezó en Valderrubio, con el Rinconcillo de Cristobica, continuó en Estambul y acabó en el Líbano, he podido encontrar un momento para editar algunas de las imágenes tomadas en video. Iré mostrando los distintos reportajes a medida que se vayan editando. Indicar sólo que estas filmaciones deben considerarse como simples documentos de viaje, a modo de notas visuales de mis Rutas de Polichinela.

Empezaré con el encuentro de titiriteros celebrado en Valderrubio y la presentación que hizo de sus títeres Sebastià Vergés, último miembro en activo de este centenario linaje marionetístico.




jueves, 2 de junio de 2011

Actuación en Sawani con la FINUL

Local de la función en Sawani
El último día de la gira fue en el sur, en Sawani, con una actuación ofrecida al destacamento español de la FINUL, encargado de organizar el evento. La función tuvo lugar en una hermosa sala abovedada que cumple las funciones de local social y biblioteca. Resultó ser una de las más entrañables de la gira, con un público mixto de niños, padres, militares españoles e indonesios de la FINUL y el Alcalde de la aldea, público muy entregado a la obra y que gozó de una proximidad física extraordinaria, dadas las dimensiones del espacio.

Rebecca Simpson con algunos niños de Sawani


Viajando al sur para alcanzar Sawani, pasamos junto a la Puerta de Fátima, que comunica el vecino estado de Israel con el Líbano. Toda la zona expresa una cierta desolación, muy en especial las poblaciones más cercanas a la línea de la frontera, compuesta de alambradas electrificadas y puestos de vigilancia de la FINUL. Estas poblaciones son las primeras que sufren los embistes de las fuerzas israelitas cuando éstas deciden entrar en el Líbano, lo que explica el gran número de casas vacías, a medio construir o arruinadas por la guerra y el abandono. Sin embargo, choca la presencia de muchas nuevas construcciones, muestra de una vitalidad sorprendente, en algunos casos torres con alardes de verdaderos palacios. Según nos dijeron, muchas de estas casas pertenecen a emigrantes libaneses instalados en África y otros lugares, quiénes deciden invertir las riquezas en sus lugares de origen.

Bordeando la frontera con los Altos del Golán
al fondo sobre un mar de nubes
En realidad, y contra lo que uno pueda imaginar, el sur del Líbano no es una zona pobre sino más bien todo lo contrario, lo que explica el auge de las construcciones urbanas y una frágil aunque notable calidad de vida. Es una pena que la región esté ensombrecida por el constante conflicto con su vecino del sur. Una carga que su población, tal como pudimos comprobar, conlleva con relevante dignidad.

miércoles, 1 de junio de 2011

Función en Zahlé y el cementerio de trenes de Rayak

Biblioteca de Zahlé
Fue un placer actuar en Zahlé, tercera ciudad libanesa situada a una cierta altura sobre el Valle de la Beká. La función, realizada en la pequeña biblioteca pública que hay en un noble edificio de una de las calles principales de la ciudad, sirvió de marco para la inauguración de unas nuevas aulas del Instituto Cervantes en Zahlé. Asistió el Embajador de España, Juan Carlos Gafo, Antonio Prats, segundo de la Embajada, así como el director del Cervantes de Beirut, Eduardo Calvo.

Esta ciudad, conocida sobretodo por ser una plaza veraniega de vacaciones –tiempo fresco, aire limpio y buenos restaurantes–, está a 55km de Beirut pero a una altura considerable, a 1010 m, y fue durante un tiempo un activo centro agrícola y comercial entre Beirut, Damasco, Mosul y Bagdad, sobretodo desde que a partir de 1885 pasara el tren por ella. Una línea que venía de Estambul, se bifurcaba en Alepo, cruzaba la Beká, llegaba a Beirut y de ahí bajaba hasta Haifa.

Tren en la Estación de Rayak
Lamentablemente, esta línea ya no está en activo. Existe, pero rota y abandonada tras la guerra civil libanesa. Y es que hablar de trenes viene a cuento cuando uno entra en esta región, no porque los haya –desde 1976 dejaron de circular– sino precisamente por la ausencia de ellos. Una ausencia que está dramáticamente expresada en la vieja estación de Rayak, población situada en el corazón de la Beká, entre Zahlé y Balbek.

La gran sala de máquinas de la Estación
de Rayak. Foto de Rebecca Simpson

La estación fue detenida en el tiempo de un día para el otro, con la llegada de las fuerzas sirias que ocuparon la zona e interrumpieron la línea férrea. Todo quedó como estaba: los trenes a medio construir (Rayak era también un importante centro de producción de trenes, incluso se construyeron en sus talleres aviones franceses durante la Segunda Guerra Mundial), los trenes que tenían que partir, los vagones que esperaban ser enganchados, y toda la maquinaria, los talleres y los hangares quedaron a merced del tiempo y del abandono. El resultado es escalofriante, un verdadero cementerio de trenes que a su vez expresa el triunfo de la lentitud y de la persistencia vegetal frente a las prisas humanas y sus ambiciosas maquinarias. Los árboles han crecido por debajo de los vagones y poderosos troncos se yerguen tras haber roto las corroídas planchas, ramificándose por las aberturas de las viejas locomotoras de vapor.

Tren varado en la Estación de Rayak.
Foto de Rebecca Simpson
Todo el dramatismo de la Guerra Civil Libanesa, que duró de 1975 a 1991, está aquí escrito en mudas palabras, sin los fuegos de artificio de las balas ni las lacerantes heridas de las bombas, sino a través del abandono y de la impotencia de unos trenes que de pronto se vieron impedidos de comunicar unas regiones con otras, y de intercambiar pacíficamente sus poblaciones. Para los libaneses, la estación de Rayak simboliza al país entero: parado y sin funcionar desde que en 1976 sus líneas de comunicación territorial se vieron interrumpidas por la guerra. La gran sala de máquinas, con todos sus componentes rotos pero con la elegancia y el poderío de las herramientas que en su día funcionaron a bien ritmo, representa el gobierno de la nación, con individuos de mucha prestancia pero sin conexión entre si, por estar las correas de transmisión completamente rotas y deshilachadas.

Tren en la Estación de Rayak
Existe un proyecto, liderado por el cineasta Elias Boutros Maalouf –quién habla por cierto perfectamente el español–, de convertir la vieja estación de Rayak en un Museo del Tren. El proyecto persigue igualmente volver a poner en pie la línea férrea con circulación de trenes o tranvías que conecten las distintas regiones entre si. Una idea que de realizarse sería de extrema utilidad, en un país como el Líbano dónde el transporte público prácticamente no existe. Quién quiera más información sobre el proyecto de Boutros Maalouf, puede clicar aquí.

Días antes, y mientras paseábamos por las ruinas romanas de Tiro, vimos parte de las vías del tren que cruzaba la ciudad y se alejaba hacia el sur. Las vías pasaban por encima de la vieja ciudad romana, pues todavía no se habían desenterrado sus restos. Viéndolas en aquel contexto, oxidadas y medio colgadas en el aire, parecían aún más viejas que las brillantes piedras romanas que ahora relucían orgullosas al sol.

Artilugio en la gran sala de máquinas.
Foto de Rebecca Simpson.
Volviendo a Rayak, y regresando al contexto de estas Rutas de Polichinela, la estación de trenes parados parece mostrarnos, con explícita elocuencia, los sutiles hilos del tiempo en su lenta manipulación de la materia. El desgaste del hierro, con sus óxidas corrosiones, contrasta con la pujanza de la vegetación y el verde de hojas y ramas. Las abandonadas máquinas, paradas a la fuerza, se han convertido en verdaderas esculturas modeladas por los elementos y por el Tiempo. La mano del hombre aquí es indirecta y arqueológica. El arte de Cronos nos habla con inspiración simbólica de lo que fue y ya no es, y nos traslada a geografías imaginarias de mundos distintos que ya no existen. En esta alquimia del tiempo y de la imaginación, lo viejo se transmuta en materia de arte, apta para la creación de lo nuevo. ¡Afortunados quienes beban de estas fuentes directamente de la mano de Cronos! Aunque antes habrá que arreglar la sala de máquinas…

Algunas imágenes y un video de la estación, que colgaré en cuánto pueda, ilustran estas palabras.