viernes, 25 de noviembre de 2011

Citizen, de Chévere, en Temporada Alta


Imagen de la obra
Tenía pendiente estos días hablar de CITIZEN, la obra que los de Chévere, de Santiago de Compostela, presentaron en su versión íntegra en la Sala Planeta de Girona, en el marco del festival Temporada Alta.Viejos amigos míos, aunque no sean titiriteros, su trabajo siempre me interesó por la calidad visual, conceptual y el humor de sus propuestas.

Vi la primera parte en la NASA, la sala que tenían los de Chévere en Santiago (digo “tenían”, porque según me contaron, tuvieron que cerrarla por imperativos político-económicos insalvables) y me encantó la obra. Entonces todavía no habían estrenado la segunda y tercera parte, pero me quedaron unas ganas tremendas de ver como resolverían tan ambicioso proyecto.

Para quién no sepa de qué va Citizen, tan sólo decir que está centrada en la figura de Amancio Ortega Gaona, el creador de Zara, quién aparece sin aparecer, pues en realidad se le subtituye por otro personaje con el nombre de Arsenio O. Para ello, los autores han realizado un sofisticado trabajo de teatro dentro del teatro, en el que los actores entran y salen constantemente de sus personajes, creando un juego especular y de distanciamiento de una gran eficacia. Con dirección de Xesús Ron, textos de Manuel Cortés y la intervención de actores de gran categoría como Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, el mismo Manuel Cortés, Mónica García, Arantza Villar, Nekane Fernández e Iván Marcos, CITIZEN hace referencia y parodia en cierta manera a modo de homenaje la conocida película de Orson Wells Citizen Kane realizada en 1941.

Constaté que mientras en la primera parte, la intención era más la de mostrar una visión de la historia de España y de Galicia de los últimos treinta años, en la segunda y tercera parte la acción se centra más en las consecuencias humanas y psicológicas del mundo empresarial creado por Arsenio O., a través de la figura de Sara, el personaje femenino que aparece en la primera parte, y luego del hijo de la misma, que también lo es de Arsenio O.

Dos partes substancialmente diferentes a la primera, a mi modo de ver, ésta más abierta a una mirada dotada de perspectivas sociológicas e históricas de la España de la primera Transición, y las otras dos centradas en aspectos también sociológicos, pero en los que prima más lo psicológico y las referencias personales de Sara.

Lo más interesante de la propuesta es el juego escénico con el que los actores se introducen en sus personajes para salir luego de ellos, como si de un guante se tratara,y todo mediante un constante uso de referencies contemporáneas en cuanto a los lenguajes utilizados. Entre la primera y la tercera partes, ambas enmarcadas por el uso del video y luego de los ordenadores y de la conexión en directo a través del chat, la segunda parte se recrea más en un registro naturalista con la presencia en el escenario de seis verdaderas máquinas de coser eléctricas que reproducen el taller dónde trabajan Sara y sus emprendedoras amigas. Como contrapunto, el extraordinario trabajo de Miguel de Lira en el papel del cura que además de cumplir con la Iglesia cumple con otros intereses más mundanos. Lástima que sea breve y que sus intervenciones no se prodiguen más –su tono llano y de una sutil aunque feroz socarronería es de una eficacia extraordinaria. Pero el ritmo de la obra tiene que ser vertiginoso para poder abarcar sin sobrecargarse las tres fases de la obra.

El conjunto crea un curioso vaivén de lenguajes y registros, en los que sobresale el tono crítico, inteligente y mordaz de los actores, capaces de metamorfosearse en sus distintos personajes mientras la realidad del país se va desplegando ante los ojos atónitos del público. Creo que el gran acierto de la trilogía es cómo se retrata con lucidez y visión crítica la realidad cambiante de nuestro país, desde las etapas de la primera Transición, el hinchamiento de las grandes burbujas especulativas, hasta el pinchazo y descalabro financiero actual. En efecto, al final de la obra, las referencias a la crisis financiera hechas a través de los corrosivos e inteligentes diálogos entre Arsenio O. y si hijo Iván coronan el desenlace casi melodramático con el que los de Chévere dan expresión a su compromiso con el arte y con el momento histórico en el que vivimos.

Sobre el trabajo de los actores, hay que destacar sobretodo a los dos que cruzan la obra de principio a fin, Patricia de Lorenzo y Manuel Cortés, geniales ambos en su constante entrar y salir de sus papeles, a los que se van sumando los demás ya citados con actuaciones de gran calidad y eficacia. La dirección de Xesús Ron, excelente y de una inquietante creatividad.

Un gozo ver los tres espectáculos que el público de Girona acogió con sonoras carcajadas, amargas reflexiones y muchos aplausos. Los de Chévere, aún sin La Nasa, tienen cuerda para rato.

Por  cierto, adjunto un enlace con el canal de videos de Chévere dónde puede verse parte del trabajo que efectúa esta compañía única en su género: http://redenasa.tv/video/ill-be-watching-you-a-construcion-do-xenero-a-traves-da-musica-comercial/

jueves, 17 de noviembre de 2011

Mester Jakel en Dyrehausbakken

Lilo Skaarup y un títere del repertorio de Mester Jakel
de su colección particular (el policía)
Empeñado en encontrar los rastros del polichinela danès o, mejor dicho, del personaje que encarna en Dinamarca el espíritu rebelde y libertario de Pulcinela, llamado Mester Jakel, he sido conducido por Lilo Skaarup al parque de atracciones de Dyrehausbakken, situado a las afueras de Copenhague.

La zona es francamente hermosa y de hecho constituye un parque natural lleno de bosque en una zona del cual se levanta un palacio de la casa real danesa, hoy sólo utilizado para ceremonias puntuales con invitados de alto rango. En la entrada del parque se encuentra el complejo propiamente dicho de entretenimiento, repleto de atracciones, barracas de feria, restaurantes, bares, montañas rusas, artefactos para excitar el sistema nervioso simpático de los adolescentes, etc. Por desgracia, estaba hoy todo cerrado e inactivo, pues el parque funciona sólo en verano, pero aún así fue hermoso ver las maquinarias quietas, las casetas cerradas, las plazoletas desiertas... El tiempo frío y los colores otoñales daban al conjunto una calidad estética de alto voltaje, con montañas de hojas secas cubriéndolo todo, como si las atracciones y el conjunto del parque celebraran su particular homenaje al tiempo, ese que no se salta las estaciones y que se rie de la uniformidad sincrónica de los relojes del mundo. Por mucho que los aviones salgan y lleguen a hora, el otoño se regodea en Dinamarca, preparando la llegada del crudo invierno, con sus escasas horas de sol y sus metros de nieve en las calles.

Cartel del Pierrot de Dyrehausbakken
Digo eso porque el espectáculo de las atracciones en paro era realmente grandioso, enriquecido sobretodo por el silencio de no estar las casetas en marcha. Tras haber estado ayer en el Tívoli, bien activo en su actividad decibélica, el silencio de Dyrehausbakken ha sido la mejor manera de escuchar, desde la imaginación no condicionada por ruido alguno, la música del verano que se fue hace meses.

Tenía razón Lilo Skaarup de querer llevarme a este sitio: sólo aquí he llegado a comprender la curiosa asociación que existe entre el personaje de Pierrot y el Mester Jakel. Por lo visto, uno de los personajes más famosos de Dyrehausbakken -y también del Tívoli- es Pierrot, representado por un actor y que se encarga de hablar a los niños, de hacerlos reir, de sacar fuego por la boca, de cantar canciones. Tan famoso se ha hecho este personaje, que ha sido declarado embajador de la Unesco. Se lo ve un poco en todas partes, por ejemplo en los carteles de cualquier parada anunciando tal o cual número o atracción. Pero lo curioso es que tiene una casa propia, es decir, vive en el mismo parque de atracciones. Allá lo van a ver los niños, y para ellos realiza algún divertimento. Pero además de todas estas funciones, Pierrot se encarga también de hacer los títeres y, muy concretamente, de representar a Mester Jakel. Para ello existe un teatrillo fijo, consistente en una barraca de madera un poco a modo de los retablos del Punch inglés, con una ventana que al abrirse se convierte en el escenario. Lo vimos cerrado, pero al lado un cartel explica la longevidad de esta tradición de títeres, desde cuando se representa, etc. Delante del retablo, unos troncos de madera para que se sienten los niños y una amplia esplanada para que el público se instale con comodidad a su alrededor.

El retablo de Mester Jakel con Lilo Skaarup
Como dije, el retablo estaba cerrado, pero pude imaginarme los gritos y la interacción de Mester Jakel con el púlico, siendo ésta una de sus características principales. Por cierto, el nombre del actual actor que hace de Pierrot y se encarga asimismo de representar a Mester Jakel es Kurt Flemming. Su hija Sine Andersen es, por lo visto, una ventríloqua excelente. Adjunto unas fotografías sacadas in situ que darán una idea más aproximada de la visita efectuada hoy.

La casa de Pierrot
Después, fuímos a tomar algo en un restaurante que había en el parque, el único abierto en los alrededores, dónde pudimos charlar sobre todo lo visto.

Por la tarde, me acerqué al Folketeatret, en la calle Norregade dónde está expuesta una preciosa colección de teatrines de cartón y papel, una tradición que siempre gozó en Copehnague de mucho prestigio. La casa que los confeccionaba cerró y menos mal que los actores del Folketeatret decidieron acoger su colección y mostrarla al público interesado.

Adjunto un par de imágenes que pude sacar de los teatrines.




Guignol de papel
Interior de un decorado

Tras las huellas de Mester Jakel

Entrada al Tívoli
Venir a Copenhague para buscar a Mester Jakel es lo propio y lo correcto. Lo que no quiere decir que sea fácil, pues en la actualidad prácticamente ha desaparecido del mapa y sólo se le encuentra durante la estación veraniega en el Dyrehausbakken, un parque de atracciones situado a unos quince quilómetros de la capital.

Me lo contaba Lilo Skaarup ayer cuando nos encontramos en el Tivoli para charlar precisamente sobre el personaje. Ha sido una gran suerte haber conectado con Lilo, seguramente la persona que más sabe sobre este tema en Dinamarca. Dedicó su tesis doctoral de Historia del Teatro al personaje de Mester Jakel y desde entonces no ha cesado de investigar sobre el mismo.

Lugar dónde se representaba Mester Jakel en
el Tívoli de Copenhague.
Antiguamente, había tres lugares dónde se representaba a este personaje tradicional emparentado con la máscara de la Comedia del Arte Pulcinella a través del Punch inglés, del Chanchez de Liège y del Kasperl alemán: el famoso parque de atracciones de Copenhague llamado Tívoli, los Jardines del Rey y el ya nombrado parque Dyrehaus Bakken. Lo curioso es que el titiritero que lo presentaba siempre iba vestido de Pierrot, personaje tardío de la Comedia del Arte, una tradición que el actual titiritero que lo practica sigue acatando.

Con un repertorio parecido al del Punch o al del Kasperl (con los personajes habituales del Diablo, la Muerte, el Policía, el Perro, más su mujer Rosalie), podría decirse que era algo más pacífico que su compadre inglés, aunque por las temáticas tratadas tampoco creo que lo fuera mucho más. Lo que sí es cierto es que a partir de principios del siglo XX y coincidiendo con la aparición del cine, Mester Jakel fue perdiendo su garra irreverente y se acabó especializando para el público infantil.

Tiovivo en plena acción en el Tívoli
¿Hay que pensar por ello que está muerto? En absoluto. Sigue viviendo en el imaginario colectivo de la cultura danesa y especialmente de la ciudad de Copenhague, y no me extrañaría que en cualquier momento algún titiritero ducho e inspirado se lance a recrear al personaje, dándole las variantes de actualidad que el momento requiere.

Hoy Lilo Skaarup me va a acompañar al Dyrehaus Bakken, dónde se sigue representando Mester Jakel. El parque ya está cerrado -no así el Tívoli, que abre por las Navidades- pero aún así podré ver el escenario dónde el personaje continúa, verano tras verano, haciendo de las suyas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Copenhague

Mester Jakel
København para los daneses, es una de las ciudades del norte europeo que más impresionan. Llegué a ella en tren desde Silkeborg, tras actuar en su Festival. Recomendable hacerlo así, pues la estación central se encuentra en el centro mismo de la ciudad, junto al Tívoli, el famoso parque de atracciones. 


Conozco Copenhague desde hace mucho tiempo. Incluso llegué a vivir en ella a principios de los setenta, cuando Mariona obtuvo asilo político en Dinamarca a raíz de ciertos desencuentros con la policía política franquista. Dos años absurdos de cárcel que ella prefirió ahorrarse. Así empezó nuestra andadura por el mundo, que para mi todavía no ha terminado. 


La razón de mi estancia es indagar sobre el personaje que aquí representa a Polichinela: Mester Jakel. Poco se sabe de él, sobretodo porque son pocos, por no decir ninguno, quiénes lo representan en los escenarios. Para saber de él y de sus realidades actuales y pasadas, me reúno hoy con Lilo Skaarup, la persona que más sabe sobre el asunto. Ella redactó la entrada correspondiente a Mester Jakel en la Encyclopédie Mondial de la Marionnette pero además ha seguido investigando sobre el personaje, de modo que es la persona imprescindible para avanzar en mi proyecto de Rutas de Polichinela.


Seguiré informando pues en cuanto haya novedades.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El Festival de Silkeborg, en Dinamarca.

Sombras de Richard Bradhow
Esta semana ha tenido lugar el Festival de Silkeborg, en Dinamarca, que este año ha cumplido su 25 aniversario. He tenido la suerte de participar en él, compartiendo teatro con el maestro Richard Bradshow y la verdad es que he disfrutado tanto de las actuaciones propias como de las vistas en otros espacios. No citaré aquí a todas las compañías participantes (el interesado puede consultar la programación clicando aquí), pero sí las pocas que he podido ver.

En primer lugar, ha sido un enorme placer gozar del virtuosismo del sombrista australiano Bradshow, que com siempre me ha maravillado con sus números tan magníficamente elaborados. También pude ver un fragmento del espectáculo inaugural, ”Homage a Chagall", a cargo de la compañía Teatro Groteska, de Krako, Polonia, que encandiló al público con una cascada de imágenes que buscaba expresar la vida del famoso pintor y su intensa historia de amor con su esposa Bella.

Títere de Eric Bass
Hoy he visto a la compañía del maestro americano Eric Bass (Sandglass Theater) con su espectáculo "Autumn Portraits", en el que Bass hace alarde de todo su oficio y su dominio de las tablas, con una interpretación excelente tanto en la manipulación como en las voces. Se trata de una succesión de esqueches  unidos por la temática de la dualidad títere/manipulador, con números realmente antológicos, como el del zapatero que recibe la llamada del Ángel de la Muerte.



Los tres cerditos
Después vi a la compañía danesa De Rode Heste con Los Tres Cerditos, una obra a cargo del titiritero solista Lene Norup, de una gracia infinita y un buen humor socarrón e inteligente. También he asistido a la representación de la compañía de Marionetas do Porto de la obra "Wonderland", un trabajo muy elaborado de esta compañía que hasta hace un año, estaba dirigida por el fallecido Joao Paulo Cardoso. Y finalmente, el ejercicio de final de curso de Astrid Kjaer Jensen "Lilith", un refinadísimo espectáculo hecho sólo con las manos sobre el matrimonio.

El Festival, cuyos artíficies son Ulla Dengoe y su marido Poul Dengsoe, es de los que invitan a la convivencia y al diálogo, tanto con los artistas como con los programadores presentes. Entre otros estaban Rute Ribeiro y Luís Vieira, de Lisboa, con los que he podido compartir gratificantes momentos y largas conversaciones, siempre dirigidas hacia nuevos proyectos e ideas. También encontré al senyor Sugita y a su esposa, de Osaka, Japón, con los que compartí de nuevo gratos recuerdos y comentarios sobre multitud de cosas.