(Títeres de Don Roberto en la maleta de J.P.Cardoso)
Tuve la suerte de realizar en julio una visita a Porto, la segunda ciudad de Portugal, para charlar con Joao Paulo Cardoso, maestro del Don Roberto, y conocer también su proyecto del Museu de Marionetas do Porto que está a punto de ser inaugurado.
Conocí a Cardoso hace muchos años, concretamente en un festival de marionetas de Segovia allá por los años ochenta, en el que presentó su espectáculo de Robertos que me fascinó. Puedo decir que aquel encuentro fue el detonante de un interés por los teatros populares de títeres de la familia Polichinela que desde entonces no ha dejado de crecer. De alguna manera, la existencia de este mismo blog y del proyecto Rutas de Polichinela puede considerarse como una de las últimas y lejanas consecuencias de aquel encontronazo artístico. Mi interés se fue luego completando y alimentando a través del Pulcinella de Nápoles (con Bruno Leone y Salvatore Gato) y del Punch and Judy inglés (con John Styles y Martin Bridle, entre otros). A posteriori, aparte de mis propios espectáculos sobre el tema, son muchas más las tradiciones distintas que he ido conociendo y que han confirmado la razón del hechizo que sentí aquel día en Segovia con el Don Roberto.
Como me explicaba el mismo Cardoso, es la extrema sencillez del Teatro de Don Roberto lo que lo convierte en una tradición tan interesante y única: una síntesis superlativa y refinadísima de los teatros populares de títeres. Una característica que hace treinta años era vista, paradójicamente, como síndrome manifiesto de su decadencia (la sencillez vista como pobreza), hasta que alguien con la sensibilidad adecuada fue capaz de comprender la enorme riqueza que había en aquella síntesis. Fue el maestro Francisco Estévez, responsable fantocheiro del FAOJE (Fondo de Apoyo a los Organismos Juveniles) quién rescató a Dias del olvido y más tarde, Joao Paulo Cardoso quién decidió aprender con el Maestro Dias e iniciarse en el Don Roberto. Desde entonces, Cardoso ha sido el titiritero que ha llevado el Don Roberto por el mundo entero, dándolo a conocer en Festivales y escuelas de teatro, causando la admiración de todos los entendidos y especialistas.
Cardoso es también director de Marionetas de Porto, una veterana y prolífica compañía de teatro de marionetas que produce la friolera de dos a tres espectáculos nuevos al año. Fruto de esta actividad surge la iniciativa de abrir un Museo de Marionetas do Porto, en el que exhibir el inmenso fondo de títeres y muñecos de todo tipo que la compañía ha ido acumulando a lo largo de los años. El museo, situado en un edificio de la céntrica Rua das Flores, a medio camino entre la estación de Sao Bento y el Palacio da Borsa, y estratégicamente situado frente a la Casa da Misericórdia y de la magnífica iglesia barroca de la Misericórdia, está ya a punto de abrir sus puertas. Pude ver sus dos grandes salas en los dos pisos superiores, en una de las cuales ya empezaban a verse marionetas expuestas, y la entrada aún en obras.
Me impresionó también la ciudad de Porto, que ya conocía pero muy de pasada. Siempre me pareció una ciudad anclada en el tiempo, como la misma Lisboa pero aún más recalcitrante en su permanecer inmune al paso de Cronos. Sorprendentemente, vi muchas obras en marcha así como carteles de rehabilitación de edificios un poco por todas partes. También me sorprendió una presencia considerable de turistas procedentes de toda Europa, fruto por lo visto de la llegada de los aviones Ryanair. Los restaurantes junto al Duero estaban repletos de clientes, y las iglesias y los museos tenían todos una buena entrada. Cambios que sin duda alterarán la tranquila vida de sus habitantes, muy bien recibidos me imagino por políticos e inversores.
Adjunto un pequeño video realizado durante mi visita, con algunas imágenes de Porto y de las marionetas del Museo.
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