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Edificio del Sompo Japan Group de Nagoya |
Se me hacía imprescindible aprovechar estos días que estamos en Tokio, mientras esperamos las funciones a realizar en el Teatro Puk, para hablar de la representación hecha en la ciudad de Nagoya el día 31 de julio, cuya crónica se quedó en el tintero, postergada por el trasiego de la gira.
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Interior sala del Himawari Teatro de Nagoya |
La representación se hizo en el Teatro Himawari, el primer teatro que conozco situado en el último piso, concretamente el 20, de un altísimo edificio de oficinas. La razón es muy senzilla: la empresa de seguros Sompo Japan Group, en su política de dar una imagen pública de apoyo a la sociedad, ofreció el último piso de su nuevo edificio en Nagoya, inaugurado en el año 1989, para establecer en él un teatro de marionetas con el nombre de Himawari, que en japonés significa Girasol. Coincidió su inauguración con un Congreso de Unima Japón que se celebró en Nagoya. El Teatro, regentado desde entonces por un activo grupo de titiriteros aficionados y patrocinado por el Sompo Japan Group, no ha cesado de programar títeres para público infantil y familiar, con participación de grupos japoneses y extranjeros.
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Takashi Nakaide en el montaje de Nagoya |
Cabe decir que el hecho de encontrarse en el piso 20 no significó ningún contratiempo, pues el edificio consta de buenísimos y rápidos ascensores, que comunican con mucha comodidad con el teatro propiamente dicho. Por cierto, muy bien dotado en cuestiones de luz y sonido, y con un servicio de técnicos de primerísima calidad. Además, constituye todo un gozo disfrutar de su inmenso camerino con unos ventanales que ofrecen una vista panorámica espectacular, con el castillo de la ciudad al fondo. Este castillo, creado originalmente por Imagawa Ujichika, del clan feudal Imagawa, ha sido destruído y reconstruído varias veces a lo largo de la historia. La última fue durante un bombardeo aéreo el 14 de mayo de 1945, que lo calcinó por completo. Su reconstrucción culminó en 1959, con un acabado que reproduce la apariencia del viejo castillo, siendo su interior un edificio normal de hormigón transformado en un museo moderno. Son famosos los dos delfines de oro que se exhiben en la parte superior del tejado, y que se han convertido en uno de los símbolos preferidos de la ciudad.
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Vista desde el camerino del Himawari Teatro |
Adjunto algunas fotos realizadas en el Himawari Teatro así como otras de Tokio que también habían quedado en el tintero.
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Museo de la Ciencia de Nagoya |
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Con los titiriteros de Nagoya (Foto de Tamiko Onagi) |
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El castillo de Nagoya y los dos delfines en el tejado |
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Toni Rumbau con Ayako Ichihashi, del Teatro Puk de Tokio, después de la función
de Negibouzu-no-Asatarou (Asatarou, the Welsh Onion). |
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Con Polichinela y el Diablo (sostenidos por Rebecca Simpson),
foto de Teresa Iniesta |
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