(Llegir aquí aquest text en català). Se acaba de estrenar en Barcelona, en el nuevo y flamante Born Centre Cultural, el primero de los cuatro episodios de Les Aventures d’En Bornet i la Borneta, una propuesta que hice hace un tiempo a los responsables del Born CC. Se trataba de crear a unos personajes que de alguna manera encarnaran, para el público familiar, a unos posibles héroes polichinescos surgidos de la misma realidad histórica, social y arqueológica de lo que es hoy el Born, esa gigantesca ‘caja de resonancia del Tiempo’ en la que confluyen varias épocas distintas: la Barcelona de 1700 con los restos arqueológicos insólitamente bien documentados, la del XIX representada por el edificio del mercado del arquitecto Josep Fontserè, y la Barcelona actual del siglo XXI, con la intervención museística, su diseño y organización, más los programas de actividades en cuanto Centro Cultural.
El Born,. caja de resonancia del tiempo. |
El primer
problema que me tuve que plantear fue sobre la tipología del o de los
personajes. El nombre de Bornet surgió por azar hablando un día con quién ha
sido el artífice del proyecto del Born, el historiador y arquitecto Albert
García Espuche, cuando me dijo medio en broma medio en serio que un día debería
sacar en escena a un títere que se llamara Bornet, el nombre de la plaza que
existía en el centro de la zona arqueológica del Born, y que hoy todavía puede
verse. Le cogí la palabra y cuando recibí el encargo de los actuales
responsables del Centro Cultural, Bornet surgió como el nombre propio y
necesario del personaje a crear. Inmediatamente me planteé la existencia de una
compañera suya, que podría llamarse Borneta, con la finalidad de introducir
unos héroes dobles de ambos sexos, como protagonistas de las historias a
inventar. Se salía de este modo de la fijación histórica de los títeres
populares en la que todos sus héroes son masculinos. Introduciendo a Borneta,
conseguíamos unos héroes dobles, lo que sin duda daría más juego al desarrollo
de los argumentos.
Bornet. |
El primer
paso fue darles una cara. Para ello me puse en contacto con Marga Carbonell,
una gran titiritera catalana con la que he colaborado últimamente en varios proyectos, y
juntos definimos los trazos que deberían tener ambos personajes. Una vez definidos
sobre el papel, Marga les dio la forma física de tres dimensiones, y los
primeros Bornet y Borneta salieron a la luz pública, encargados, especialmente el
primero, de presentar los espectáculos de la temporada 2013-2014, bajo el
epígrafe de ‘Títeres y Ciudades en el Born’.
Marga Carbonell, Eudald Ferré, Toni Rumbau. |
Marga Carbonell y Toni Rumbau frente al retablo. Foto Rebecca Simpson. |
La Señora Carbonell, ayudando a coser los títeres. |
David Laín terminando los adornos del teatro. |
Los personajes. Bornet y Borneta,
¿polichinelas?
Estaba claro
que estos personajes deberían ser los ‘polichinelas’ de la Ciudad del Born. Una
ciudad muy especial, por de pronto porque de la misma sólo existen sus ruinas,
de modo que existe más en la imaginación del visitante que en la realidad. Lo
más interesante es que en ella confluyen épocas distintas a la vez, de manera
que esos polichinelas deberían tener una mentalidad y unas características lo
suficientemente abiertas para poder encajar en unas muy distintas realidades
vividas, así como disponer de una especial ‘sensibilidad irónica del tiempo’,
capaz de torear, juntar, relacionar, distanciarse y hasta de reírse de los
avatares de la historia, desde los más mundanos hasta los más dramáticos.
La pregunta
que se impone aquí es hasta qué punto podemos considerar a estos personajes
como a unos ‘polichinelas’. Desde luego, no a la vieja usanza europea de los
polichinelas de rasgos grotescos, voces chillonas y comportamientos exagerados.
Pero si tenemos en cuenta la tradición catalana, la del Titella como personaje
principal, que a su vez siempre ha ido cambiando de nombre según el titiritero
de turno –Perico, Tranquil, Putxinel·li, Tit, entre otros–, vemos que sí los
podemos encuadrar en la categoría polichinesca. El titella catalán es un personaje listo, astuto, más bien pobre,
honrado, ingenuo, y que suele tropezar con los poderes terrenales –el rico, el
gendarme, el militar, el médico, el cura–
o con los sobrenaturales –el diablo, sempiterno alter ego de Titella, la
bruja, el dragón, la Muerte y otros seres infernales–, resolviendo las pendencias a base
de estacazos.
Escena del infierno. Foto Rebecca Simpson. |
Y es sin duda el uso del garrote así como la voz de la lengüeta
con que solía expresarse antiguamente, más el recurso a los personajes
arquetípicos, lo que relaciona estrechamente a Titella con la familia de los
Polichinelas europeos. Por supuesto también la denominación de Putxinel·li con
la que se suele denominar al género en Cataluña nos remite al arquetipo
polichinesco y a sus orígenes napolitanos.
Pero con
Bornet y Borneta nos apartamos del modelo tradicional de Titella: no es uno
sino dos. Claro que Borneta podría asociarse al personaje de Cristeta, la
enamorada de Titella, pero no es el caso nuestro, pues entre Bornet y Borneta
existe una relación más de afecto y de compañerismo aventurero que amoroso
propiamente dicho, quizás porque sus edades son aún tempranas. Pero es que así
se mantiene la dualidad protagonista de ambos personajes, sin caer en las
típicas peticiones de mano o en los sinsabores amorosos de archisabidos
desenlaces.
Pero quizás
lo que da al par Bornet y Borneta una mayor complejidad y lo traslada a una
nueva categoría de personajes protagonistas, es el hecho de que ambos tengan un
animal de compañía: un perro, Duc, en el caso de Bornet, y una gata, Marquesa,
en el caso de Borneta. Dos animales con rasgos asaz curiosos: Duc habla,
mientras que Marquesa no habla pero escribe notas en pequeñas pizarras. En
verdad, los cuatro son los verdaderos protagonistas de las historias, ellos
empiezan y acaban cada episodio con una canción que además sirve para
definirlos y situarlos.
Bornet con Duque. Foto Rebecca Simpson. |
¿Un
polichinela a cuatro bandas? Yo más bien
lo definiría como un doble desdoblamiento del héroe polichinesco, que se
desdobla primero en dos –Bornet y Borneta– para luego hacerlo en cuatro con el
perro y la gata.
Características en referencia al contexto.
Nos
encontramos ante unos personajes que cruzan los siglos con infinita alegría, en
una Barcelona que en trescientos años ha cambiado completamente su fisonomía. Al
ser la del Born una ciudad dentro de otra, pequeña y, a su vez, nudo simbólico
de las distintas épocas que la conforman, también Bornet y Borneta son
personajes pequeños y nudos simbólicos de los rasgos arquetípicos que constituyen
su ciudad, el Born. Sus almas tienen reminiscencias de las de Titella, Perico i
Putxinel·li, y, cómo no, se reflejan en sus hermanos europeos que provienen del
Pulcinella napolitano. Encarnan igualmente el perfume de las almas de aquellos
pobladores invisibles que siguen habitando las ruinas de la Ciudad del Born.
Bornet con las ruinas del Born al fondo. Foto Rebecca Simpson. |
Como buenos
parientes lejanos de Pulcinella, Bornet y Borneta son dos personajes inquietos,
dinámicos i llenos de curiosidad. Les gusta ir al fondo de las cosas y verlas
con sus propios ojos. Si para ello deben coger un avión, el barco, el tranvía o
una tartana, mejor todavía. Sus almas aman la aventura y gustan de los viajes. Gozan
pues de una temporalidad transversal, aunque mayormente viven en las primeras
décadas del 1700.
Al ser dos
almas de las pequeñas del Born, y al coincidir su nombre con la plaza que hay
en su centro, podemos decir que Bornet y Borneta son el ombligo simbólico de la Ciudad del
Born. Eso determina unos condicionamientos físicos y geográficos particulares y
que se explican por la teoría de la gravedad de Einstein: por mucho que se
alejen y giren por el mundo, siempre acaban regresando al Born. Como si en esta
placita hubiera un agujero negro de estos tan densos y con tanta hambre que se
lo tragan todo. Esta peculiaridad física encarnada en nuestros dos personajes
ha sido la causa de este dicho popular catalán tan conocido que reza: 'gira el
món, i torna al Born'.
Origen de los personajes.
Era
importante designar un origen específico a ambos personajes, para poderlos
emparentar con los polichinelas europeos, que gozan de una relación mítica con
el Origen, tal como establece el arquetipo polichinesco napolitano, basado en
la figura del huevo primordial, el mismo que pone Polichinela para
reproducirse, de modo que también aquí puede decirse, como ocurre con la
gallina, que no se sabe si fue primero el huevo o Polichinela.
Pulcinella sale del huevo. Museo di Pulcinella di Acerra. |
Con Bornet y
Borneta, nos hallamos en una tradición como la catalana en la que pesa más la
complejidad de los argumentos, de las escenas y de los diálogos, con cambios de
decorado y más de un único manipulador (de dos a cuatro era lo normal), más
próxima a las formas titiriteras de la Comedia del Arte del norte de Italia, muy
diferente a la matriz napolitana basada en el ritmo manipulador, con un único
manipulador y una máxima simplicidad escénica. Es por ello que sus orígenes
debían provenir más de un contexto mítico literario, enraizado en las viejas
tradiciones orales de los cuentos catalanes, pero con el componente
'sobrenatural' garantizado.
He aquí la
historia de sus orígenes:
'Erase una
vez que Doña Justa, nombre con el que se suele llamar a la Muerte, estuvo muy
ocupada cumpliendo con sus deberes en la ciudad de Barcelona, durante las
últimas décadas del siglo XVII. Guerras y plagas diezmaban la población, como
solía ocurrir por aquel entonces en tantas ciudades de Europa, y era mucho el
rencor ciudadano para con la vetusta señora. Una situación que hacía sufrir a
Doña Justa, siempre muy cuidadosa en el cumplimiento de sus obligaciones, pues
por muy grandes y meritorios que fueran los títulos y la riqueza de los que
debían despachar con ella, nunca hacía concesiones y trataba por un igual a
ricos y pobres, ateniéndose a su merecida fama de justa.
Doña Justa. Foto Jorge Raedó. |
Harta del
menosprecio y sintiéndose tratada con injusticia, ella que era la más justa de
las personas, decidió un día demostrar al mundo y a ella misma que además de
ser una fiel cumplidora del destino de todos, tenía también su corazoncito y
era capaz de actuar con sentimiento y afecto hacia la tan sufrida especie de
los Humanos.
En una de las
múltiples guerras que asolaban por aquel entonces Barcelona, Doña Justa recogió
a dos bebés abandonados ambos en la Plaza del Bornet, en el centro mismo de la
ciudad. Hijos de dos familias diezmadas por las bombas, Doña Justa decidió
salvarlos. Vio que eran niña y niño, y fiel siempre a su principio de equidad y
justicia, entregó el niño a una familia pobre de pescadores y la niña a una
rica de mercaderes. Para ello se situó en la céntrica calle Bonaire y
extendiendo los brazos, escogió al azar las dos casas donde deberían criarse
sus protegidos: a él, que estaba a su izquierda, le tocó la casa del pescador y
marinero el señor Josep Torró, habitante del Barrio de la Ribera, un buen
hombre que vivía solo y que de joven fue hecho prisionero y ejerció de esclavo
en Argelia; a ella, que estaba en el lado derecho, le tocó el señor Serra
Punyent, un noble y rico mercader de tabaco y aguardiente que vivía en una
lujosa mansión de la calle Bonaire, frente a Micó.
Bornet y Borneta. Foto Rebecca Simpson. |
Doña Justa se
instituyó madrina de los dos niños. Cada dos días los visitaba y les enseñaba
lenguas (catalán, castellano, inglés, holandés, italiano y latín), matemática,
baile y guitarra. De este modo ambos niños crecieron juntos aunque separados en
dos ambientes familiares distintos, pero muy unidos por sus horas de estudio
con la madrina y por las de juego pasadas en las bulliciosas calles de
Barcelona. Doña Justa no dudó ni un minuto a la hora de ponerles nombre: ya que
los había encontrado en la plaza del Bornet, los llamaría Bornet y Borneta.'
Esta historia,
verídica como la que más, da pie al último de los episodios de los cuatro
espectáculos a estrenar durante el año 2015, centrada en el tema otoñal de la
Muerte y la figura de la Castañera.
Cuatro episodios de corte estacional.
Este origen
mítico y a la vez histórico de los dos personajes protagonistas tuvo un
posterior desarrollo, como antes se ha indicado, con la aparición de otros dos de naturaleza animal: un
perro y una gata. El primero, llamado Duque, inseparable de Bornet, tiene una
característica peculiar: habla. Goza pues de una gran inteligencia y mucho
sentido común, más que su dueño por lo general. Su único defecto es que siempre
quiere dormir. Respecto a la gatita, llamada Marquesa e inseparable de su dueña
Borneta, no habla pero escribe notas en pequeñas pizarras que siempre lleva
consigo, denotando no pocas cualidades inteligentes. Dos animales en cierto
modo 'racionales' que ejercen de compañeros de los dos héroes.
La gata Marquesa, con uno de sus cartelitos. Foto Rebecca Simpson. |
Al actuar en
pleno siglo XXI y para un público actual, se entiende que los cuatro
personajes, protagonistas principales de las historias, tengan una noción del
tiempo transversal y estirada, pues aunque su presente es mayormente el de
principios del siglo XVIII, se le suman los presentes continuos que llegan al
día de hoy, lo cual explica las "fugas" constantes de elementos
contemporáneos que inciden en su dilatada cotidianeidad.
Tuve que
plantear entonces qué historias serían las que debían protagonizar nuestros héroes.
Pensé que lo propio sería determinar unas historias marcadas por el calendario,
es decir, estacionales. Y, para empezar, lo mejor sería partir de las cuatro
estaciones y relacionarlas con determinadas fiestas del calendario.
Mosaico fenicio de Zliten, Museo de Tripoli, Libia. Representa las cuatro estaciones. |
Para el
Invierno, una buena posibilidad era centrarse en el tema navideño y empezar con
unos típicos Pastorets, esta reminiscencia de los viejos autos sacramentales
basados en el Nacimiento y en los Reyes Magos, los cuales se siguen
representando con enorme profusión en Cataluña a través de versiones cada vez
más laicizadas. Disponía para ello de una versión creada por mi compañía la
Fanfarra con textos propios que me serviría de punto de partida para las
secuencias más clásicas i litúrgicas. Un argumento de teatro dentro del teatro,
pues el cometido de los personajes no es otro que el de representar unos
Pastorets de la época. La cosa se tercia cuando el que hace de diablo resulta
que lo es de verdad...
Para la
segunda historia, escogí el Carnaval, una época que podríamos llamar de
'transición' pues todavía se halla en invierno pero ya buscando, agazapada a la
cuaresma, los primeros estallidos primaverales. Qué mejor que el Carnaval, que
gozó en Barcelona especialmente durante los siglos XVII y XVIII de una gran
fama y popularidad, para la segunda historia: nos abre el juego de los
equívocos que tan bien va para el género de la comedia.
Tortell Poltrona como Rei del Carnaval en 2012, en un intento de revivir el carnaval histórico de Barcelona. Foto de Joan Sánchez. |
Para la
tercera historia, y ya metidos en abril y en las luces primaverales, se imponía
una historia con la figura mítica del Dragón como protagonista. En abril se
celebra en Cataluña el día de San Jorge y es frecuente representar la leyenda
de la lucha del santo con el dragón. Un tema muy adecuado para el juego de los
títeres, pues la figura del dragón o cocodrilo está presente en casi todas las
tradiciones polichinescas de Europa.
San Jorge y el Dragón. |
Y para la
cuarta y última historia de las Aventuras de Bornet y Borneta, debíamos irnos a
la época otoñal, en el inicio de la siguiente temporada. Una historia que se
centraría en el tema de la Muerte con Doña Justa de coprotagonista junto a la
señora Adelaida, castañera revendedora de la calle Micó, vecina y muy amiga de
los dos jóvenes héroes. Esta historia serviría para explicar el origen de
Bornet y Borneta, y nos situaría en el corazón de la estación otoñal.
La Castañera la Señora Adelaida, revendedora de la calle Micó. Foto Rebecca Simpson. |
Faltaría una
historia para el verano, si quisiéramos ser rigurosos en el seguimiento de las
estaciones. Dado que el Born Centre Cultural cancela su programación de títeres
de julio a septiembre, decidimos dejarla para una siguiente ocasión.
Estado actual del proyecto.
Situados ya
en los primeros días del año 2015, podemos decir que el primer episodio de las
Aventuras de Bornet y Borneta titulado Els Pastorets se ha estrenado en el Born
Centre Cultural con mucho éxito (el domingo 21 de diciembre de 2014). Se han
realizado cinco funciones, que han sido excelentemente recibidas por el
público. Lo más importante es que han nacido los personajes básicos de la serie
y que, tras enfrentarse al público, han cumplido con creces todas las
expectativas que habíamos puesto en ellos.
La próxima
cita será el sábado 21 de febrero con el estreno del segundo episodio, Días de
Carnaval. El estreno de la tercera historia, El Dragón de La Llacuna, será el
sábado 25 de abril. Para octubre de 2015 está previsto estrenar el cuarto
episodio, titulado La Castañera y Doña Julia.
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