lunes, 18 de febrero de 2013

Paseo por Múnich

La huelga de los trabajadores de Iberia me obligó a salir el domingo, pues el vuelo del lunes estaba suspendido. Lo he aprovechado para pasear hoy por Munich y tomar un primer contacto con esta ciudad que tiene los Alpes como decorado de fondo y a la ciudad austríaca de Salzburgo bastante cercana.

La Sendliger Tor
Capital de Baviera y tercera ciudad alemana, por lo visto destaca por su emprendimiento en los temas de la publicidad, del diseño, del arte y de la comunicación. Una ciudad, pues, provista de una gran potencia creativa. Su principal atracción, sin embargo, en cuanto a flujo de visitantes, no es el diseño ni la moda ni la sofisticación de los sofwares más avanzados, sino la Fiesta de la Cerveza, llamada en alemán Oktoberfest, que empieza el penúltimo sábado de septiembre a las 12h del mediodía y que dura 16 días. Los datos son elocuentes: unos siete millones de asistentes que en esos dieciséis días se beben más de cinco millones de litros de cerveza (el 30% anual de la producción cervecera local), acompañadas de unos 800.000 pollos y unas 650.000 salsichas.

Complementaria a la anterior, cabe destacar otra atracción que espero visitar mañana: la Staatliches Hofbräuhaus, una de las mayores y más afamadas cervecerías del mundo, un verdadero palacio de la cerveza de grandes salones y longeva historia.


Vista trasera del Teatro de Marionetas de Munich
Pero no crea el lector que en mi entusiasmo visitante me he olvidado de mis deberes con las marionetas. En absoluto: lo primero que he hecho ha sido hacer honores al que se considera como el teatro de marionetas más antiguo de Europa, que se halla en una zona muy céntrica, cerca de la Sendlinger Tor, una de las entradas antiguas de la ciudad compuesta de dos torres y un arco, y que data del siglo XIV.

El teatro es un precioso edificio de finales del XIX que abrió sus puertas en el año 1900. Anteriormente tuvo otras ubicaciones, pues el proyecto de abrir un teatro estable para dignificar el arte de las marionetas y rescatarlo de la precariedad y la rudeza de la calle (objetivos confesos de su creador) proviene del marionetista Josef Leonard Schmid quién tuvo en 1858 esta idea. Pero dejo una descripción más detallada de este monumento tras la visita que espero poder hacer en los próxiumos días.

Vista frontal del Teatro de Marionetas.
Consuela pensar que estamos en una zona de mayoría católica, pues Munich fue una de las capitales que destacaron en la Contrareforma. Es algo que como marionetista agradezco, no por la cuestion religiosa, sino porque garantiza un buen desarrollo del barroco en iglesias y edificios, y, por lo tanto, la presencia de una rica imaginería de figuras y estatuaria de todo tipo. Ya he visitado la Iglesia de San Pedro, el templo parroquial más antiguo de la ciudad, del siglo XIV pero reformado en el XVII, con un majestuoso coro y un suntuoso y recargado Altar Mayor. Destaca también su campanario con forma de linterna, también de la época barroca.

Pisada del Diablo. Foto Wikipedia.
Algo más decepcionante en cuanto al tema del barroco pero impactante por su estilo gótico, austero y majestuoso, es la Catedral de Nuestra Señora, uno de los edificios más emblemáticos de Múnich. Allí se encuentra el Mausoleo del Rey Luís IV de Baviera (no confundir con el más conocido Luis II de Baviera, también llamado el Rey Loco (1845-1886), quién fue mecenas de Wagner y creador de magníficos castillos), de bronce y mármol negro. El otro gran atractivo de esta iglesia es la huella impresa en el suelo tradicionalmente considerada como la Pisada del Diablo. Adjunto esta foto extraída de la Wikipedia.
 
 Interesante la fuente llamada del Niño, realizada en 1895 y obra del escultor Mathias Gasteiger (1871-1934). Representa a un sátiro echando agua por la boca a un niño desnudo, que se cubre con la mano la cara para no mojarse. El rostro del sátiro es fantástico y más que a Polichinela, parece remitirnos al humor más antiguo y pagano del romano Maccus, al que muchos consideran como el antecesor directo de Pulcinella.

La Fuente del Sátiro y el Niño.
Pocas marionetas en este primer día muniquense, carencia que espero remediar en próximas entradas.


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