miércoles, 20 de febrero de 2013

Iglesias, museos y títeres

Imagen del carrillón situado en la torre principal del
Ayuntamiento de Munich: a las 11h y a las 12h, suenan al unísono
43 campanas y se activan 32 figuras de cobre, que escenifican
dos danzas en sus dos niveles.
A tres días de estar en Munich, ya empiezo a pensar que necesitaría la misma cantidad de semanas, meses o años para llegar a conocer realmente lo que se esconde en la capital  del antiguo Reino de Baviera, hoy una de las ciudades más dinámicas de Alemania. Se trata de una sensación que empieza a ser recurrente en mis viajes. Pero aún así, persisto en mis trece de hablar de títeres y ciudades. ¿Cómo explicarlo? La razón es la perspectiva empleada: ver las ciudades a ojo de titiritero y, en este caso aún más concreto, a ojo de un títere, Polichinela. Pero dejemos este tema de casuística autoral y vayamos al grano, pues es mucho lo que Munich pide al amante de los títeres.

Me gustaría, desde luego, hablar de muchas cosas interesantes, como del carrillón del que adjunto una imagen, del Teatro Cuvilliés (ojalá me dé tiempo de visitarlo), o de la tumba de Luís II de Baviera, el amigo de Wagner, que se halla en la Iglesia de San Miguel. Por el momento, y antes de entrar en materia, me limitaré a la iglesia llamada Asam Kirche, eso es, la Iglesia de los Hermanos Asam, que bien merece una atención.

La Iglesia de los Hermanos Asam

Se trata de una obra cumbre del rococó alemán de mediados del s.XVIII -junto con el Teatro Cuvilliés, joya también del rococó aunque de aspecto totalmente diferente y que pertenece al complejo de la Residenzia- cuya visita puede asustar a quién no esté acostumbrado a estas exageraciones del espíritu barroco. La sensación es la de entrar en una cueva oscura cuyas paredes, techos y aparejos parecen haber sido creados por la mano oculta de la naturaleza humana, cuando ésta se olvida del verbo "regular" y se deja arrastrar por el desmadre y la incontinencia imaginativa. Adoro estos lugares, que parecen querer competir con las fuerzas telúricas que esculpen los interiores de la tierra. En realidad, sus autores son los dos Hermanos Asam aludidos: Egid Quirin Asam financió la obra y fue su arquitecto, mientras Kosmas Damian Asam, pintor de profesión, se encargó de los frescos que cubren las paredes. La desbordante imaginación de ambos rellenó el conjunto con profusión de estucados, esculturas, columnas retorcidas, ángeles, calaveras e impresionantes murales, y uno tiene la sensación de encontrarse en una iglesia sumergida en el fondo del mar, entendido como ese mar simbólico que es el subconsciente, de unas profundidades muy superiores al mar surcado por los barcos. Al principio la iglesia fue de uso privado para la familia Asam, que vivía al lado, y que tal vez la usaran para sus viajes al más allá de la realidad consciente, hasta que las autoridades obligaron a abrirla al público. Hoy es  lugar de paso obligado en la ruta turística de Munich.

El Conde Franz Graf von Pocci y Papa Schmid.

Fotografía del Conde Franz von Pocci.
Regresando al mundo de las marionetas, se preguntará alguien porqué ha sido Munich la ciudad escogida para hablar de Kasperl. Podría haber sido Viena, pues parece que de allí procedía o más de prodigó el actor Johann Joseph La Roche (Bratislava 1745 - Viena 1806) que interpretaba al personaje cómico de Kasperl Larifari, de donde luego pasaría al teatro de marionetas. Pues bien, la importancia de Munich en el asunto de Kasperl se fundamenta en una razón concreta: fue el Conde Franz Graf von Pocci (1807–1876) quién escribió y publicó la mayor parte de las obras que existen sobre Kasperl, ya fueran textos recogidos de los titiriteros que lo utilizaban entonces, o bien textos escritos por él mismo en colaboración con su amigo Josef Leonhard Schmid (1822-1912), más conocido como Papa Schmid, creador del Teatro de Marionetas de Munich. Es tal la importancia de la labor efectuada por Graf Pocci, que sus obras siguen siendo el referente obligado en cuanto a textos canónicos de obras sobre Kasperl, aunque luego, obviamente, cada titiritero hace lo que más le place.

Dibujo de Papa Schmid.
Papa Schmid tuvo siempre el sueño de crear en Munich un teatro, con la intención de dignificar este oficio o arte popular que solía vivir en condiciones precarias casi siempre instalado en plazas, mercados y calles, y para ello tuvo la incondicional ayuda, artística y financiera, de su amigo Pocci, hombre bien situado en las altas esferas: además de dramaturgo, poeta, pintor y compositor, fue un miembro activo en la corte del entonces Rey de Baviera Luís I. El primer teatro nació en 1855-58 y cambió varias veces de lugar. En el año 1900 se instala en el mismo sitio que sigue hoy, en el antiguo cementerio de Blumenstrasse, cerca de la puerta de Sendlinger. Según parece, el más conocido teatro de marionetas de Salzburgo nació tomando como modelo al de Munich, que marcó la pauta a seguir. El de Munich está considerado como el más antiguo teatro de títeres de Europa.


Los aspectos de Kasperl.

Viendo el tema con perspectiva, sorprende los cambios en la fisonomía del personaje, de modo que puede decirse que existen dos Kasperls diferentes, por no hablar de una clara doble personalidad. Por un lado está el Kasperl más antiguo y "literario" (el que seguía más cerca de sus orígenes teatrales y que tanto Pocci como Papa Schmid pusieron en escena) que lleva barba y bigote y un sombrero acabado en punta. Por el otro lado, está el que actúa en los retablos para títeres de guante con unas facciones más cercanas a los Polichinelas especialmente del norte y centro europeos: Punch, Jan Klaassen, Petrushka, Vitez Lazlo, Vasilache... Doy algunas imágenes tomadas en el Stadtmuseum que ilustrarán mejor lo que digo que mil palabras.

Kasperl de Papa Schmid (1860). Stadtmuseum de Munich.



















Cartel del Teatro de Marionetas de Munich, con el Kasperl de reclamo
con la figura que le dio Papa Schmid. Stadtmuseum de Munich.

Kasperl con bigote y perilla de Johann Scnichtl (1870), de Munich. Muy
parecido al Kaspar checo.Stadtmuseum de Munich.



















Kasperl con bigote y perilla, con funciones de criado en este caso del doctor Fausto,
de Raimund Witz (1900).


Kasperl con Gendarme, de Buhne Dehner (1920-30), Stadtmuseum de Munich



















Primer plano del anterior.



















Kasperl de Muheimer Kaspertheater (1965). Stadtmuseum de Munich.




































Kasperl pisa a la Muerte, de Theater Johann Kräutlein, de Nuremberg.
Stadtmuseum de Munich.

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