jueves, 1 de diciembre de 2011

Representación en el Teatro Tandarica de Bucarest


Fachada del Teatro Tandarica
Ha sido un honor participar en el Festival que organiza el Teatro Tandarica de Bucarest, en Rumanía, un teatro que cumple 66 años de existencia (fue creado en 1945). Una institución clave para entender la historia del teatro de marionetas europeo de los últimos cincuanta años.

Fundado por Lucia Colomeri (directora), Elena Patrascanu (directora artística), Alexandru Bratasanu, Leno Constante y Ileana Popescu (diseñadores) y Nicolae Massim (director), Tandarica es declarado en 1949 teatro institucional y su dirección queda en manos de Margareta Nicolescu, quién revoluciona la línea artística y eleva el nivel de los espectáculos a grandes alturas, convirtiéndose en un verdadero laboratorio de creación. En 1978 recibe el premio Erasmus, junto con Ives Joly, Bread and Puppet y la Marionetística.

Se comprende que la aureola de prestigio que distingue a este teatro sea grande y que tanto sus espectáculos como sus festivales sean siempre seguidos por enorme interés por los especialistas y los entendidos en la materia.

La razón de mi presencia en Bucarest se debe a que el director general del Teatro Tandarica, Calin Mocanu, vio mi espectáculo “A Manos Llenas” este verano en el Festival de Okinawa, en Japón, tras lo cual decidió invitarme al Festival del Teatro Tandarica.

Debo decir que la función realizada de "A Manos Llenas" el 29 de noviembre ha sido todo un éxito, con un público entregado y muy participativo, básicamente adulto. El jurado del Festival me otorgó el Premio al Mejor Espectáculo  Solista, lo cual es un verdadero honor viviendo de dónde viene. Por cierto, se estrenó en el rol de técnico Gerardo Israel Chóez Quinde, quién cumplió sin tacha su cometido.

Trabajando con Raluca Tulbure en el Tandarica Teatro
Toca hablar ahora de Raluca Tulbure, dramaturga del teatro y encargada de las relaciones internacionales, quién nos recibió con extraordinaria amabilidad y simpatía, pieza clave en el complejo engranaje del Festival. Ella me ha introducido al mundo de Vasilache, el personaje que en Rumanía ejerce su función polichinesca, poniéndome en contacto con Daniel Stanciu, quién presentó en el Festival un espectáculo tradicional del teatro de títeres popular rumanés. Hablaré del tema en una próxima entrada. 

Tuve ocasión también de hablar con Gavril Cadariu, director del Teatrul Ariel, de la ciudad de Târgu-Mureş/Marosvásárhely, situada en el corazón de Transilvania, dónde coexiste una doble comunidad rumanesa y húngara. De hecho, el teatro aloja dos compañías diferentes, una de cada comunidad, con excelentes relaciones entre si. Profesor de teatro en la Universidad de la misma ciudad, charlamos sobre futuros proyectos de colaboración e intercambio que ojalá acaben produciéndose.

Coloquio después de la función

 El viaje ha sido posible gracias a la ayuda otorgada por el Institut Ramon Llull, pieza fundamental en el desplazamiento de tantos artistas catalanes en el extranjero.

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