jueves, 17 de abril de 2014

Buena asistencia y magníficos parlamentos en la presentación del libro Rutas de Polichinela


La parada de libros. (foto de Martine Lucas)

Permita el lector de este blog que la redacción del mismo se vista hoy de crónica social tras la presentación que tuvo lugar el pasado lunes 14 de abril de 2014 (un magnífico capicúa que coincidía además con el día de la proclamación de la II República Española de 1931). El evento tuvo lugar en las nuevas dependencias del Poble Nou de la Sala Beckett, concretamente en una de sus grandes salas de ensayo, transformada por arte de magia –y de la escenografía– en un bar antiguo de barrio, con un gran panel que separaba en dos el espacio para acoger al público y a los ponentes de la presentación.


Toni Casares presenta el acto.

Arola Editors, responsable de la publicación de las dos versiones presentadas (en catalán y en castellano), puso su tenderete con los libros muy bien expuestos, como puede verse en la fotografía, los cuales se vendieron a un precio edulcorado a modo de anticipación de los descuentos propios del día de San Jordi.
Gustavo Hernández, Toni Rumbau y Víctor Molina (de izq. a derec.)
Pep Jové y Martine Lucas, responsables del bar de la Sala Beckett, ocuparon sus puestos de combate tras la barra para servir cervezas y vino a los asistentes, que fueron llegando a un buen ritmo y según la hora convenida. Eso permitió que el acto empezara sólo media hora más tarde de lo anunciado, lo cual es un éxito de puntualidad en este tipo de eventos. 

Gustavo Hernández y Toni Rumbau.
Toni Casares, director del teatro, hizo gala de sus dotes de amable anfitrión mostrando las diferentes estancias de lo que será el futuro teatro a los que llegaron primero, para luego, una vez ya sentado el público, proceder a introducir el acto. 

Algunos de los asistentes.
Sus palabras, laudatorias y con la viveza de la espontaneidad inspirada, fueron el pistoletazo de partida para los que tenían que hablar: el escritor colombiano residente en Tarragona Gustavo Hernández, que habló en nombre de los editores, al hallarse estos imposibilitados de venir por razones de peso, y el filósofo y dramaturgo Víctor Molina, encargado de hablar de la obra en sí.

Jesús Atienza y Anastasi Rinos, con sus cámaras, concentrados.
Gustavo Hernández contó detalles de la peculiar idiosincrasia de los editores, capaces de publicar obras como las de Toni Rumbau, de naturaleza más bien heterodoxa como es bien sabido, o las propias del hablador, no menos singulares.  Contó luego cómo, al coincidir su persona con la del corrector que se encargó de poner coherencia al castellano de la obra que se presentaba, tuvo la oportunidad de sufrir y de gozar de la misma, aunque pesó más lo segundo que lo primero, según precisó. 

Víictor Molina durante su parlamento.
Víctor Molina intervino entonces para poner la presentación a su velocidad de crucero, que situó sin embargo a una altura que sorprendió y encandiló al público: acostumbrado éste a considerar las presentaciones como actos sociales de naturaleza más bien ligera, escuchar de pronto palabras que decían algo además de sonar, hizo que todo el mundo afinara los oídos para atender con ganas. Víctor habló del significado de Rutas, de la peculiar concepción de Europa que el libro propone, muy abierta especialmente al Este, y del carácter mítico del personaje, cuya profundidad ha sido destacada y reconocida por los grandes autores. Sus palabras tuvieron además la virtud de despertar las ganas de participar de los asistentes, que dirigieron a los dos habladores y al mismo autor varias preguntas, todas ellas de gran pertinencia. 

Tres asistentes: Octavi Rumbau, Pilar Gálvez y Rafael Metlikovec.
El acto acabó tras la hora larga de charla y parlamentos, pasando todos al esperado momento del llamado “vino español”, que en este caso fue catalanizado no sólo por la procedencia del vino, sino por el picoteo: una miscelánea de frutos secos que los catalanes llamamos “postre de músic”.  Las conversaciones se atomizaron entre los que comían y bebían en pequeños grupos, el autor firmó los ejemplares comprados, y una satisfacción que alcanzó sus buenos enteros se extendió por la sala. 

Pol y Víctor Molina tras la presentación
Cuando Pep José y Martine Lucas cerraron por fin la puerta de la nueva Beckett del Poble Nou, la sensación de haber pasado una velada agradable, socialmente rica e intelectualmente fecunda quedó flotando en la inspiradora sala de ensayos, convertida para la ocasión en bar y en salón de actos. Habrá que escribir más libros, pensó el autor, aunque sólo sea para que haya más presentaciones…

Dietrich Grosse, Mary y Peter.
Octavi Rumbau con Francesc Bofill

(todas las fotos de esta entrada menos la primera son de Rebecca Simpson)
    






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