De izquierda a derecha, un amigo, Pablo Martín, Gürsel Bulut y yo mismo. |
El ambiente en el café era casi de ensueño. Hay que decir que la mayoría de los fumadores presentes eran comerciantes del Bazar o de la zona, que se tomaban unos minutos de descanso tras salir del ajetreo en el que se vive en esta parte de la ciudad, dedicada toda ella al comercio. Otros parecían instalados permanentemente en el lugar, recibiendo a amigos o quizás a importantes clientes. ¿Acaso el mundo de los ensueños -y el del teatro de sombras- no está íntimamente relaconado con el mundo del comercio? Mercaderes fueron los que trajeron de la lejana Indonesia a Egipto el teatro de sombras en la época medieval, teatro que luego pasó a Estambul donde surgió la figura de Karagöz y su peculiar forma de comedia satírica. Y un imperio básicamente dedicado a proteger el comercio de sus allegados, fue el turco. Los Sultanes pensaban en el poder, pero los comerciantes siempre han sido personas abiertas a las diferencias, con necesidad de hablar otras lenguas y conocer culturas distintas.
Interior del Grand Bazar |
El famoso Çiçek Pasaji, en la calle Istiklal. |
Conferencia en Kadiköy
Me tocó el viernes 17 hacer mi conferencia sobre el mismo tema de este blog: Las Rutas de Polichinela. Es decir, hablar de los distintos personajes de la tradición y cómo se relacionan con sus ciudades respectivas. La conferencia tuvo lugar en Kadiköy, en el lado asiático de Estambul, lo que nos obligó a tomar unos de los ferrys que constantemente cruzan el Bósforo para llevar a la gente de un lugar al otro.
El señor Ahmed Meddah y la actriz Zinure, en el ferry. |
La estación de trenes del lado asiático de Estambul |
Edificio del Conservatorio, junto al muelle de Kadiköy |
Asistieron unas veinte y tantas personas, un número que puede considerarse bastante bueno por tratarse de una conferencia especializada en títeres. Tanto yo como los asistentes quedamos muy contentos del desarrollo de la misma, con un buen intercambio de preguntas y respuestas al final.
Los espectáculos.
Ya hablé en mi anterior entrada de algunos espectáculos. Quiero mencionar aquí a la compañía Riserva Canini, de Italia, formada por Valeria Sacco y Marco Ferro, con su magnífico Talita Kum, así como el espectáculo Macbeth in the kitchen, de la compañía turca Kadro Pa. Pueden ver aquí una reseña de los mismos en el artículo publicado en Titeresante. También muy interesante me pareció Hunger, de la compañía noruega TinkerTing, que cosechó uno de los más clamororos éxitos del Festival (ver artículo en Titeresante aquí). Me gustó mucho esta coincidencia formal de espectáculos como Hunger o Talita Kun, que siendo completamente diferentes entre si, exploran la dualidad del manipulador y su doble, representado por la marioneta. En los italianos, el riguroso y virtuoso proceso de un desdoblamiento visto en directo, y, en los noruegos, la disociada presencia de dos manipuladores para un único muñeco, con el personaje protagonista aquejado de una imposibilidad de vivir que lo lleva a la autodestruccón.
El Museo de la Inocencia.
Dediqué mi último día a visitar el Museo de la Inocencia, este raro museo de objetos que el escritor y Premio Nobel Orhan Pamuk ha creado en la calle de Çukurkuma. Debo decir que me esperaba algo especial, pero jamás sospeché que me entusiasmaría tanto. Y, tras leer el catálogo del mismo, a uno le entran las ganas de volver a visitarlo, ahora que se conocen algunas de las claves del mismo.
El museo en una esquina de la calle Çukurkuma |
La novela habla de la historia de amor de Kemal, un joven miembro de la burguesía de Estambul, por su pariente lejana Füsun. Lo que comienza como una aventura inocente y desinhibida, evoluciona pronto hacia el amor sin límites y después, cuando Füsun desaparece, hacia una profunda melancolía. En medio del vértigo que le producen sus sentimientos, Kemal no tarda mucho en descubrir el efecto calmante que tienen sobre él los objetos que alguna vez pasaron por las manos de ella. Así, como si se tratara de una terapia para la enfermedad que lo atormenta, Kemal se va haciendo con todos los objetos personales de Füsun que se ponen a su alcance.
La novela "El museo de la inocencia" es el catálogo novelado en el que cada objeto es un instante de su gran historia de amor. Es también una visita guiada por los cambios que han convulsionado a la sociedad de Estambul desde los años setenta hasta el día de hoy.
La calle Çukurkuma con el Museo a la derecha. |
¿No será la lejana Füsun una metáfora directa de la misma ciudad de Estambul, a la que tanto Kemal como Pamuk evocan con suma añoranza a través de los múltiples objetos que nos hablan de ella? Una ciudad perdida pero que sigue ahí, reclamando ser evocada por quienes en su día la conocieron bajo otras formas y colores...
Para mi, cada caja o vitrina es un pequeño teatrillo con sus cortinas abiertas, o semicerradas en algunas, en el que los objetos más las fotografías, algunos carteles y otras imágenes de época, forman distintas composiciones que dialogan con un título, con una situación imaginada, con una referencia novelesca o vital determinada, pero que en si son pequeñas obras de arte escénica, estáticas y mudas -aunque algunas "murmuran"- que sin embargo nos hablan claramente de una época, de unas emociones, de unos estados de ánimo, de una ciudad y de sus habitantes.
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Catálogo del Museo. |
3- We don't need more museums that try to construct the historical narratives of a society, community, team, nation, state, tribe, company, or species. We all know that the ordinary, everyday stories of individuals are riches, more humane, and much more joyful.
7- The aim of present and future museums must not be to represent the state, but to re-create the world of single human beings -the same human beings who have labored under ruthless oppression for hundreds of years.
9- If objects are not uprooted from their environs and their streets, but are situated with acer and ingenuity in their natural homes, they will already portray their own stories.
10- Monumental buildings that dominate neighborhoods and entire cities do not bring out our humanity; on the contrary, they quash it. Instead, we need modest museums that honor the neighborhoods and streets and the homes and shops nearby, and turn them into elements of their exhibitions.
11- The future of museums is inside our own homes.
Palabras que nos dan una idea de la radicalidad conceptual de este museo que en definitiva no es más que una entrañable y profunda reflexión visual sobre el tiempo y sus vivencias.
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