martes, 27 de marzo de 2012

Acabó el Festival TOT de Barcelona

Marta y Lope actuando en la calle del Poble Espanyol.
Foto de Jesús Atienza
Tras estas dos semanas de intensa actividad titiritera en Barcelona, llega el reflujo y el momento de las reflexiones. Un festival pequeño pero ambicioso que tiene la virtud además de replantearse constantemente su presente y su futuro, tal como lo demuestra la mesa redonda realizada alrededor de la pregunta "¿Vale la pena hacer un Festival de Títeres?". No asistí a este encuentro personalmente, pero sí lo hizo mi compañero Cesc Martínez, Jefe de Redacción de Titeresante, quién ya escribió un artículo sobre el mismo.

Creo que la respuesta a esta pregunta debe ser positiva, aunque como es lógico los gerentes del asunto deberán valorar los aspectos que los artistas por lo general ignoramos. Pero como dijo una vez este lince de los festivales que es Salvador Sunyer, director de Temporada Alta (el festival estrella de cuántos se realizan en España), es obligación de todo festival crecer siempre. Si no en cantidad, sí al menos en cualidad. Y ahí es dónde hay siempre un margen para la imaginación de los emprendedores. El TOT Festival tiene unos límites, marcados por las paredes del recinto que lo acoge: las mismas murallas del Pueblo Español. Saltarse estas murallas y extenderse por la ciudad sería el siguiente paso que daría empuje y una gran visibilidad al Festival.

Consideraciones que buscan ser una respuesta en positivo a la pregunta antes expuesta y que creo pueden ser tenidas en cuenta. Puede que no haya dinero o que lo haya poco, pero lo que no falta en este mundo es imaginación. Y cuando existen unos medios, por pocos que sean, la obligación de cualquier responsable de los mismos es hacerlos volar ponioéndoles esas alas invisibles que dan la imaginación.

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